Detrás de un exitoso emprendimiento, hay historias de derrotas y frustraciones a vencer. Este es el caso de Daniel Gómez, director de Talent Network y fundador de Solben, quien habló de ello en Talent Executive Summit.
A los 17 años, Daniel Gómez, un adolescente regiomontano, presentó un proyecto de química en el que mostraba cómo hacer biodiesel con aceite y otros residuos grasos de cocina. El proyecto que escandalizó a su madre por usar la cocina como laboratorio, se convertiría más tarde en Solben, empresa que desarrolla energías renovables con talento y tecnología mexicanas. Sin embargo, antes de los reconocimientos y premios, hay una historia de esfuerzo, derrotas y victorias.
Para posicionar a Solben como un referente a nivel nacional, fueron años de esfuerzo para obtener inversionistas y colaboradores. Sólo un par de personas como amigos e investigadores creyeron en su proyecto, desarrollado con altos estándares científicos.
Un factor que dificultaba la inversión para Solben era lo novedoso e innovador que era, pues en 2007 aún no se desarrollaban emprendimientos en materia tecnológica. Con un pequeño capital otorgado por instituciones públicas, la novel empresa estableció una fábrica en Monterrey.
Tras varios errores e incluso un fraude que generó en Gómez una gran deuda, Solben fue adquiriendo clientes en varios puntos del país. Su Auge fue el pretexto para meterlo en concursos de jóvenes emprendedores a nivel nacional e internacional. Sin embargo, la suerte no siempre les sonreía.
Tras varias derrotas que casi provocan la culminación pronta del proyecto, Buscaron a otros chicos emprendedores mexicanos para orientar a Solben hacia el aspecto social, que abrieron nuevas oportunidades para la empresa.
En 2010, Daniel Gómez ganó un reconocimiento en Nueva York que lo animaría a continuar con Solben. Después de perder en lo que pensó eran todas las categorías, fue anunciada una nueva: mejor empresa social.
El espíritu emprendedor de Daniel le ha permitido realizar otros proyectos, sin embargo, Solben le ha dado mayores satisfacciones como empresario. De su experiencia, afirma que ser empresario es como el arte, no hay receta o instrucciones; es como un cuadro abstracto, cada persona le da una propia interpretación.
[envira-gallery id=”5428″]
Para posicionar a Solben como un referente a nivel nacional, fueron años de esfuerzo para obtener inversionistas y colaboradores. Sólo un par de personas como amigos e investigadores creyeron en su proyecto, desarrollado con altos estándares científicos.